martes, 21 de junio de 2011

Un año más.

A dos años luz y con una sonrisa en la cara.

Todo ha quedado en un mal sueño, del que con suerte hemos podido despertar poco a poco. Y aunque aun queden resquicios, nada puede ir mejor.
Ver tu cara al despertar, verte sonreír, oírte decir que podría haber sido peor y que es mejor así... no tiene precio.

Y seguiré dando mi vida por ti. Cada paso que tú no seas capaz de dar solo, no necesitarás más que avisarme y tendrás mi mano para continuar, porque siempre estaré ahí. Seré quién tú debiste ser para mí. Mi guía, mis manos, mis pies, mi cabeza.


Te quiero papá. Porque una vida salvada, merece ser vivida.

lunes, 20 de junio de 2011

¿Porqué duele así?

Y si todo va tan bien,
si todo va tan bien,
¿porqué este dolor que siento?.

Y si todo va tan bien,
si todo es tan sencillo,
¿porqué este vacío que siento?.

Si está bien,
si está bien,
si es tan fácil,
¿porqué duele así por dentro?


martes, 14 de junio de 2011

No se ha escapado el tiempo, es que no se ha detenido

Noches que no acaban, gente que maldigo, vivir de los abrazos de desconocidos, suelos que me acogen dónde no resido,...



Con tanto y tanto a las espaldas. Con tanto y tan poco a la vez.
Sólo sé que una vez más en mi historia, intentaré reinventarme. Para que siga habiendo noches que no acaban y gente que maldigo, pero no seguir viviendo de los abrazos de desconocidos.

lunes, 13 de junio de 2011

Febrero

Y aun así, volvería a pasar por el mismo camino
a buscar esa piedra con la que quise tropezar.
Y si viene febrero temblaré de miedo: lo desconocido es brutal,
pero es mucho peor saber que ya nada va a cambiar.




Porque tú te arrepientes de todos y cada uno de los pasos que dimos en común. Porque no cumplí tus expectativas y te empeñabas en ponerle un nombre a lo nuestro. Porque la canción de Ikea me produce sarpullidos.
Y ya no hay marcha atrás, porque nunca la hubo. Y ese febrero que nos unió, se ha cubierto de mierda. Ya no habrá ningún 14 de febrero en el que no me quieras odiar.
Un año y cuatro meses después, mi recuerdo te mata y a mí, tu recuerdo me ahoga.

viernes, 10 de junio de 2011

Flores raras

Ahora sé que su corazón
estaba blindado
y en cambio, el mío,
era como un tambor aporreado.

¿Sabes? No me paré a pensar
mientras guardaba
todas mis cosas para correr detrás
de una corazonada.



Por esos días que tuvimos en las manos...


Tres meses atrás.
Nueve de marzo. Todo era raro, diferente, nuevo e interesante. Por alguna casualidad que no llego a comprender, fui yo quien le propuse tomar unas cervezas aquella tarde. Tenía los ojos verdes, las rastas cortitas, un piercing en la lengua y mucha, mucha labia.
Tras tres cervezas o cuatro, me moría por besarle.
Hicimos muchos planes, todos tan a corto plazo que, dejé de reconocerme por momentos. Dos días después, ya estábamos compartiendo colchón.
Las cervezas se hicieron nuestras compañeras cada tarde, los besos y la interminable conversación, también. Siempre nos despedíamos con una próxima vez planeada.
Hubo muchas noches, cada una con su mañana, y muchas más tardes.
Todo parecía perfecto. Rompió mi barrera de golpe. Yo fui incapaz de atravesar la suya.
Y de un día para otro, como si todo estuviese más que hablado, hemos perdido el contacto. Porque yo tengo mis razones, razones de piedra para no volver a mirarle. Me gustaría saber las suyas.
Ahora, sigue teniendo los ojos tan verdes, el piercing en la lengua, más labia que nunca y las rastas más largas.

martes, 7 de junio de 2011

No le conocía nada

No le conocía nada y me partió en alma en dos días...


No era necesario ser muy lista para prever un final así. Tampoco eran cosas del destino y no estaba escrito en ninguna parte.
Aun así preferí cerrar los ojos y seguir hacia delante, hacer caso omiso a quien me aconsejaba olvidar esa hipotética historia.
Y como todo, ésto también tuvo su final, siendo su último capítulo una mañana llena de bostezos, ojos entrecerrados, películas sin sentido y algún que otro beso. Esa misma noche ya no quedaba nada, ni cenizas. Un escritor me ayudó a olvidar esa misma madrugada, recordando besos pasados, la manta de nuestro frío invierno, abrazando lo que no era.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cabría la posibilidad...

Un escalofrío.
Tus palabras son como puñales. Leo y releo. Suenan a traición.
Todo parece un mal sueño y me evoca a una vieja pesadilla.
No es la primera vez que la curiosidad mata al gato. Maldita ésta curiosidad mía.
Dices que ahora sí, que todo está bien y que tienes muchas ganas de reaparecer. Te recordaría que hace tres o cuatro años, esas ganas no eran por ti, sino por mí.
Ahora me duele el corazón y las entrañas.
Me alimento de tu indiferencia.
Y se me encoje el estómago sólo de pensarte como años atrás. La melancolía se apodera de mí. Seguiré rozando la locura un año más, si es necesario, hasta que lo comprendas. Que yo nací un 14 de julio de 2007, antes de eso, no tuve vida.

Un escalofrío. Dos. Calor. Una lágrima. Y tras la resignación: una sonrisa.

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...