a buscar esa piedra con la que quise tropezar.
Y si viene febrero temblaré de miedo: lo desconocido es brutal,
pero es mucho peor saber que ya nada va a cambiar.
Porque tú te arrepientes de todos y cada uno de los pasos que dimos en común. Porque no cumplí tus expectativas y te empeñabas en ponerle un nombre a lo nuestro. Porque la canción de Ikea me produce sarpullidos.
Y ya no hay marcha atrás, porque nunca la hubo. Y ese febrero que nos unió, se ha cubierto de mierda. Ya no habrá ningún 14 de febrero en el que no me quieras odiar.
Un año y cuatro meses después, mi recuerdo te mata y a mí, tu recuerdo me ahoga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario