Llevamos ya más de un mes, yo tengo problemas, pero se hacen pequeños si estoy con ella.
Siempre decimos ya nos veremos, pero volvemos luego a pedir el mismo plato, y yo, no me canso de repetir.
Aquí lo normal, es que pasen cosas.
Planeas futuribles que me sacan una sonrisa y tiran todos mis miedos por la borda.
Repasas nuestra primera conversación, riendo, y jurándome que no me creíste ridícula cuando te avisé de que no me embarcaría en nada más allá que unas cervezas y unas risas.
Me abrazas, besas mi frente y no me dices te quiero, pero lo siento.
Despertar a tu lado, es un regalo.
Mientras tanto sumamos días al calendario y planes a nuestra lista. Se nos escapan las horas como si fueran segundos. Los domingos separados no echamos de menos. Y los lunes.
Mientras tanto, yo no me pregunto nada y me lo pregunto todo, esperando las respuestas en tus ojos y tú, acertado, sabes cómo mirarme.
Mientras tanto brindamos por ti, por mí y por lo que pueda pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario