Hablamos de nosotros, de la casualidad y la causalidad que nos ha llevado a encontrarnos. Me dices que no crees que en destino y yo nos miro, y me digo que si esto no lo es, rompería todas mis creencias.
Cuántas veces se cruzaron nuestros caminos, cuántas mañanas tu autobús pasó por delante de mi coche, cuántas veces nos sentamos en el mismo asiento en momentos diferentes de día, cuántos días de lluvia los dos miramos al cielo al mismo tiempo.
Tendríamos que habernos conocido antes, comentas, como si fuera tan fácil. Eso era imposible, no estaba escrito así; estaba escrito como fue, como está siendo y como, muy a nuestro pesar, será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario