Pienso en cómo superé el bache.
Cuando llegó, pensé en que algo grande tendría que compensarlo.
Y así fue.
Fuiste tú.
Volvería atrás. Le diría a mi yo de hace unos meses que se tragara el orgullo, la pena y las lágrimas, que respirase profundo, porque todo pasa. Todo pasa por algo.
Y qué fácil resulta ahora decirlo, pero mucho más fácil es sentirlo.
Ese vacío que quedó en forma de desierto en el centro de mi pecho, que iba transformándose en oasis, se ha convertido en mar.
Todo vuelve a tener sentido.
Y no, un clavo no saca a otro clavo. Hay personas que llegan para salvarte, acompañarte y quererte sin condiciones y sin querer cambiarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario