viernes, 10 de febrero de 2012

Si quieres, buscamos en el cielo más razones

Cinco dedos con mis otros cinco te recuerdan demasiado...

Dicen que el que espera desespera, pero también se dice que toda espera tiene su recompensa. En todo este tiempo puedo haber desesperado más de una vez, pero el saber que tú estás al final de todo esto, me ha salvado. Siempre pudimos elegir lo fácil y olvidarnos, pero decidimos iniciar esta batalla contra esa ecuación de tiempo y velocidad a la que llaman distancia. 
A veces la ganamos, otras veces se me come la desidia.
Ahora no sabría olvidarte y volver a esa vida que tuve en la que tú no existías, dónde los sábados me daban vida mientras me engañaba a mí misma con cualquier boca. Ahora, no sabría besar si no te beso a ti.
Tengo todos tus recuerdos endulzando mis rincones, desde aquella entrada de cine hasta un bola de lana verde, pasando por la carta del rey de bastos o un mensaje encriptado junto a un pato dibujado. Y esa vela, que nunca dejará de olerme a ti.

Era septiembre cuando me propuse que hiciéramos el verano algo más largo. Estamos en febrero y, sigue siendo verano.

A cinco días de poner fin a esta espera en la que, por momentos, el tiempo parece retraerse.

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