jueves, 2 de febrero de 2012

Será que ahora que sé que ya no necesito a nadie, me completas

No es tan fácil calcular la distancia y dar el salto, columpiarse sin pensar lo que hay debajo.
Caerse y levantarse tan despacio para recordar que pudo haber sido más largo, que sabiéndolo nos hubiéramos soltado de manos, que no hay intentos demasiado arriesgados, que no hay besos sin intentos fracasados, que no hay besos sin intentos...
Hoy parece que todo es más grande que pesado, más entretenido que complicado.
¿Vas a pensar si podrás controlar una caída espectacular?






Hace 185 días. Cuando te encontré, antes de saber que te estaba buscando. 
Era agosto y todo presagiaba que una semana después, tras separarse nuestros caminos, todo aquello quedaría en en el desván de la memoria, pendiente de olvidar. Lejos de todo pronóstico y casi en contra de nuestras voluntades no perdimos el contacto a partir de aquel día.
Tu has reconocido no reconocerte en aquella situación, yo estaba lo más lejos que podía de ser yo, algo tiraba de nosotros que no podíamos controlar. 
Yo salté sin pensar, pero aquel 16 de septiembre ahí estabas tú, esperando a que llegase a la estación. Y decidimos seguir adelante porque no había más que perder y porque, cada hora que pasábamos juntos, nos parecía un segundo.
Hoy hace medio año de aquel primer contacto y aunque mañana no se sabe, hoy soy muy feliz por haberte conocido y por que hayas entrado así en mi vida.

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