Un mes.
Treinta días con sus veinticuatro horas cada uno y sus mil cuatrocientos cuarenta minutos y sus ochenta y tantos mil segundos.
Quinientos kilómetros.
Cientos, miles, millones de ganas.
No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...
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