No entiendo ni cómo soy capaz de buscarte en otras bocas, si cuando las beso no me entienden. Te busco en otra piel, es verdad, y mi incansable búsqueda no te encuentro. Pero es que no quiero encontrarte, aunque tenga que conformarme con tenerte de vez en cuando, aunque haya 500 kilómetros de por medio.
Hoy, otra vez es domingo y tengo que cargar con una tremenda resaca y un gran sentimiento de culpabilidad a la espalda.
Menos mal que en dos días podré reafirmarme en lo que siento y volverás a demostrarme que aquel 2 de agosto me pusiste el listón muy alto.
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