que es la única verdad,
iría hasta el mismo infierno
por medio minuto más.
Estúpidas despedidas,
no puedo decir que
tu boca es mi perdición,
¿es que no lo ves?
Tu boca es mi perdición,
¿es que no me crees?
Tu boca es mi perdición
y quiero perderme.
Estúpidas despedidas con falsas promesas. Malditos sábados y malditas las mañanas de los domingos. Malditos los bares, el calimocho, esas calles... Maldita tu barba, tu pelo, esos ojos azules, el ruido de la hebilla de tu cinturón. Maldita yo misma, por ser tan vulnerable en cuanto apareces.
Bendito el lugar y el motivo de estar ahí, bendita la coincidencia. Bendito el reloj, que nos puso puntual ahí, bendita sea tu presencia.
Y no sabes cuánto me alegro de poder maldecirte cada semana. Y no sabes lo que daría por un poco más de tí.
Bendito el lugar y el motivo de estar ahí, bendita la coincidencia. Bendito el reloj, que nos puso puntual ahí, bendita sea tu presencia.
Y no sabes cuánto me alegro de poder maldecirte cada semana. Y no sabes lo que daría por un poco más de tí.
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