sábado, 27 de marzo de 2010

En la mitad

Prometía ser inolvidable u olvidable en su defecto a causa del alcohol.
Yo recuerdo la noche por completo y aunque no se asemeja a lo que me imaginé, puedo decir que fue genial.
Y no quiero dar mucho protagonismo a nuestros brindis por la tercera, tú con la corbata en la cabeza, nuestro afán por maximizar el consumo de cubatas, robarlos de la mesa, tirarlos, mezclarlos...

Porque esto no pasa todos los días. ¡Gracias clase!


lunes, 22 de marzo de 2010

Por todo y por nada

A sabiendas de que es imposible, sigo soñando con ello...

Por ser mi utopía y parte de mi vida. La historia interminable, la historia que nunca fue, la historia que quiero que sea.
Por ser una ilusión, una sonrisa, una mirada, un beso.
Un viaje, 300 y pico kilómetros.

Que comenzara todo con un simple: '¿tienes hora?'

Por tu empeño en intentar olvidarme y no conseguirlo. Por mi propio empeño en olvidarte y quedarme en el camino, como tú.
Por ser el primero y el último.
Porque soy cabezota y tú demasiado pasota. Porque si supieras, no te quedarías quieto y expectante. Pero cada uno tiene su papel, cada uno desde su lugar, cada uno a lo suyo. Sólo y sólo cuando estamos juntos, se olvidan los guiones y personajes y aparecemos tu y yo.

Por nuestro próximo encuentro. Porque ójala sigas libre. Por mi cobardía. Por otro 'te quiero'. Por otro 'hola' y otro 'adiós'. Un nuevo 'hasta luego'.

Porque mi habitación está llena de sacos y sacos de tiempo guardado para tí.


Terminando, porque no me canso a pesar de que rondemos los tres años de nada. Y que: si algun día te atreves a quererme, yo te estaré esperando aquí.

lunes, 15 de marzo de 2010

Mil dudas

"Ahora no hay lugar dónde puedas estar suficientemente lejos..."


Con un dilema interno que termina contigo. Ir o no ir, esa es la cuestión.
Y si siento este gusanillo de nuevo, esto me huele a nuevo y próximo viaje. Otra vez maleta, bus, nervios, albergue, avenida madrid, tú. Otra vez Barcelona.

sábado, 13 de marzo de 2010

A dos años luz

13 de marzo de 2010

Igual ni te acuerdas, ya hace dos años de aquello. Mis nervios me habían impedido comer y dormir durante una semana y, por fin, a las 5 de la mañana me sonó el despertador. El viaje se retrasó más de lo normal pero por fín, una espesa nube gris nos avisába de que entrábamos en Barcelona.
Cuando te ví aparecer sentí miedo. Cuando te saludé sentí rabia.
Me enseñaste las ramblas y dimos una vuelta en moto, hablamos de nada y ni nos miramos a los ojos. Todo por miedo.
Mantuve la distancia a pesar de que tú bien sabías que nuestras manos, nuestros ojos y nuestros labios querían reencontrarse. Intentamos aparentar ser fríos, no tratar temas que pudieran dañarnos. Intentamos ser amigos por unas horas.
Llegó la despedida, en mi interior sentía un gran sosiego y mucha tranquilidad, pensába que había superado la prueba, que era capaz de verte y no sentir más de lo que sentía y que sobre todo, que era capaz de no querer besarte y sólo verte como un simple amigo. Estaba equivocada.
Fuí a darte dos besos, en tus ojos podía ver tristeza, muchos recuerdos y mucha rabia. Sin saber ni cómo ni porqué, nos besamos. Subí al bus y tuve que volver a bajar para besarte de nuevo y decirte que, volvería a llamarte a casa y a ponerme nerviosa cada vez que marcara ese 93 de prefijo.
Un adiós que me dejó más abatida que otra cosa. Un adiós que no fue más que nuestro tercer 'hasta luego'.

Y yo lo sigo recordando, porque fue ese día cuando tuve que 'bajarme los pantalones' y reconocer que algo no iba bien. Tuve que decirme a mí misma, que lo que sentía, era real.
A día de hoy, no ha cambiado nada de ese sentimiento. Te sigo queriendo como el primer y el último día que te ví.

Por eso, siempre llevaré Barcelona en mis entrañas. Una ciudad que es parte de mi piel, de mi corazón, y porqué no, yo soy parte de ella.

jueves, 11 de marzo de 2010

Cuánto se gritó diciendo nada

Cuánto se gritó diciendo nada, no pudimos ver con tanta luz, yo buscando el cielo en tu mirada y nunca sabré lo que encontraste tú. Que te traigan flores las mañanas, que no pases noches sin dormir, que el sueño se pose en tus pestañas, que uno de esos sueños, me sueñe a mí. Detrás del viento, un huracán se fue formando en la cabeza, cuando te cansas de sufrir, siempre me dejas. Mi corazón es de cristal, no guardo nada que no veas, sólo un pequeño resplandor de nuestra hoguera Mi canción que nace del fracaso, es solo una piel sobre la piel, algo que se besa y sabe amargo, es mi boca seca y nada que beber. Oh!! pobre corazón, que no sabe que decir, si te vas por lo que soy, o por lo que nunca fui. Hay caminos que hay que andar descalzo ya no te preocupes mas por mí siempre me entra arena en los zapatos esta vez me quedo aquí. Si te cabe el cielo en un abrazo siempre habrá una estrella para ti. Si 14 vidas son dos gatos aún queda mucho por vivir...







Catorce vidas son dos gatos

Tal vez

Un nuevo sueño se pasea por mi cabeza estas últimas noches.
Viajo a Barcelona y al final de mi visita, sólo me quedan dos horas para tí. Una de las veces te llamo y tú, pareces no querer saber nada de mí, la otra, no quieres mirarme a la cara por miedo a "eso" que sentimos.
Y esque no se trata más que de otro de mis premonitorios sueños. Pero en otro intento de dominar mi destino, voy a cambiar el rumbo de la historia. Tal vez no viaje a Barcelona por miedo a no verte.
Tal vez vaya y no me importe nada más que tú de esa visita. Tal vez... tal vez.
Porque de mi cabeza salen muchas ideas, pero la idea que sale de tu cabeza yo no la se. Tal vez quieras volver a verme y ser amigos, tal vez quieras verme y estar conmigo para volver a besarme, tal vez quieras romper todo para siempre, tal vez no quieras ni verme.

No es más que otro día de esta historia que ya se ha apoderado de mí. Un poquito más, un poquito menos de este corazón.

domingo, 7 de marzo de 2010

Vertiendo minutos de arena

"Yo sé que vendrá a desquitarse.
Él sabe que me ha de encontrar, por las mismas callejas vendiendo tumbos, sin rumbo, coraje, ni prisa vertiendo minutos de arena y haciendo sendero al caer..."


Aun recuerdo aquellos meses en que me intenté convencer a mi misma de que eras lo que necesitába. Me estába planteando una nueva vida, estabilidad y eso que todos llaman 'amor'.
Pero no se puede forzar a nadie para que sienta y yo me forcé demasiado. Toda tu prefección se redujo a nada conforme pasában los días. Igual aguantamos mucho o no lo suficiente, pero fuiste tú el primero en tirar la toalla.
Lloré y fue ahí cuando me di cuenta que realmente me importábas tanto como para empezar esa relación que tu tanto ansiabas desde hace un año.
Y nos equivocamos, tanto tú como yo, cada uno a su manera. Yo por no saberte valorar a tiempo y tú, por no darme ese tiempo para saberte valorar.
Cuatro meses después me pides un abrazo. Cuatro meses después me haces sentir celos y tú también los sientes. Cuatro meses después y con un margen de tiempo más amplio, sé que nos volveríamos a besar. Porque cuatro meses después, nuestro reencuentro me supo a poco.

Y siento si ni yo misma me aclaro. Sigo en mi línea y tú en la tuya.
Bohemio.

martes, 2 de marzo de 2010

Estados imposibles

Mentalizarse no es la solución, que no había nadie más mentalizado que yo. Era el valor y ese dolor de corazón. Las lágrimas amontonadas en mi garganta. No saber asentir con la cabeza.
Las palabras a destiempo, y otro, y otro beso.
Una sóla noche más y tus dedos entrelazados con los míos encajában a la perfección. Sentí morir una vez más, te lo aseguro.
El diálogo más que ensayado, cada guión en su sitio, cada frase y su punto y a parte. Todo se me desmoronó cuando dijiste "te quiero".
Y volví a sentir frío una noche de verano. Porque debe ser que eso es normal cuando somos tu y yo los protagonistas de la historia. Volví a ver las estrellas, pero esta vez desde una playa. Volviste a besarme muy sencillamente.
Perdí una amiga por egoísmo, porque la balanza realmente estába en equilibrio...

Y yo, otro día más de este esterno calendario intento no sentirte o sentirte un poco peor. Intento disimular si pienso que sólo hace medio año que no se nada de tí. Intento intentar... olvidarte.
Pero sigo soñando con que se me acerque el día en que no sobren las palabras y un beso tuyo selle una promesa de un "para siempre".

Porque no todo es mentalizarse...

Espero



"Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...."


Espero, Mario Benedetti.

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...