Seis meses de una dura batalla por la vida. Te echo de menos aun ahora...
No sabría muy bien como explicarlo, cuando está la vida de un ser querido en juego, todo es realmente difícil. Todo empezó aquel día, domingo. Ahí fue cuando realmente y por primera vez sentí caer en picado. La situación me superaba, pero yo haciendo gala de mi humor, intenté aparentar seguridad, frialdad, madurez, sensatez, y sobre todo aparenté el tener esperanza. Fueron cuatro días donde todo iba de mal en peor y empeoró aun más. Cuatro días en los que dejé de ser persona completamente. Cuatro días que no olvidaré.
Fue aquella llamada de teléfono, aun la recuerdo, la que nos dio vida a todos de nuevo sobre todo, se la dio a él. Llorar de alegría... pocos saben lo que sentimos.
Y entonces, tras la operación y su buen resultado todo comenzó a subir del abismo. Y aunque las cosas siguen "mal", van cada vez mejor.
Dar gracias a Dios, sería de locos, aun así algunos lo hacen pero yo prefiero darselas a aquellos cuyas manos salvan vidas como la de mi padre.
Especialmente hoy, se a quien dedicar mis palabras. Porque algunos tienen la suerte de superarlo, otros desgraciadamente, no.
Papá. Ójala algun día podamos volver, aunque sea mínimamente, a la normalidad.
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