¿Navidad? Já! 

Cómo cambian las cosas. Siempre ansiaba la llegada de estas fechas para reunirme con la familia y por unos días, olvidar todo lo malo. Como es lógico predominaban esas comidas con un número de platos indeterminable, bañadas de vino, champán y buenos postres. Me gustaba ir el día 22 en el coche con mis padres mientras de fondo, escuchábamos la lotería. Ver a la familia se volvía más especial de lo normal debido a ese típico frío y nieve de fondo. Caían lágrimas en cada reencuentro.
"Vuelve, a casa vuelve por Navidad..."
Y este año, ¿qué? La Navidad ha dejado de tener sentido. Ya no habrá reuniones familiares, ni reencuentros, ni partidas de bingo hasta altas horas de la madrugada. Ya no podremos decir eso de "feliz Na
vidad" y mucho menos "feliz año nuevo".

Este año, no habrá Navidad.
Es triste pensarlo, es triste que en estos especiales días tengamos que permanecer (más unidos que nunca) pero en un hospital, es triste tener de menú navidello: un bocadillo, como todos estos últimos días de estos últimos seis meses.
Pero no me importa, incluso podría llegar a ser más feliz que ningún año. Porque estás vivo. Porque tienes esa fuerzas. Porque sin tí, yo dejaría de ser yo. Porque te quiero. Y porque un día más, no me cansaré de decirte: "te quiero papá". No me importa nada de lo que pase, si algún día todo puede volver a una mínima normalidad.
¡Feliz año nuevo!, podría haber sido peor.
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