Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo.
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora.
Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón.
Y nuestras horas pasaron rápidas pero, ahora que no te tengo, el tiempo pasa lento.
Aun no veo el momento de volverte a tener delante y ver tu sonrisa. Aun no sé ni como reaccionaré entonces. Ni siquiera sé si tú ves las cosas a través del mismo cristal que yo.
Te echo de menos y no entiendo como todo este tiempo atrás he sido tan capaz de echarte de más. Gracias, gracias y gracias por aparecer, por existir y por ser como eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario