sábado, 27 de agosto de 2011

Báilame el agua

Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.






Báilame el agua, que yo, te la bailaré a ti.

martes, 23 de agosto de 2011

Mi vida en 65 minutos

¿Alguna vez os habéis sentido tan felices, tan tan felices, que habéis pensado que jamás os sentiríais tan felices?
¿Que vuestra vida ha llegado a una perfección tal, que quizá no vale la pena buscar más?
¿Alguna vez os habéis sentido tan felices, tan tan felices, que ya no vale la pena vivir más?



Yo sí que me he sentido tan tan feliz en un momento de mi vida que, estoy segura, no merece la pena buscar más.
Decir lo que siento en 65 palabras va a ser todo un reto, tal vez me sobren, tal vez me falten...

Porqué siento esto por ti en 65 palabras:
'Aunque aun no sepa lo que siento, me gustas porque me entiendes y casi no me conoces. Porque me gusta tu sonrisa. Porque no esperaba conocerte y que cambiaras mi verano de esa forma. Porque contigo estuve a gusto desde la primera palabra que cruzamos. Porque me hiciste reir aquella noche viendo las estrellas. Porque dormir contigo ha sido todo un privilegio. Y porque eres…'

Me han faltado palabras, 65 han sido pocas para decir lo mucho que significas ahora para mí. Sólo espero, que en algun momento de la historia, pueda pedirte que escribas lo que sientes por mí en tan sólo 65 palabras... y que te quedes corto.

jueves, 18 de agosto de 2011

Tiempo, que no entiende de deseos, que no sabe lo que siento

Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo.
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora.
Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón.





Y nuestras horas pasaron rápidas pero, ahora que no te tengo, el tiempo pasa lento.
Aun no veo el momento de volverte a tener delante y ver tu sonrisa. Aun no sé ni como reaccionaré entonces. Ni siquiera sé si tú ves las cosas a través del mismo cristal que yo.

Te echo de menos y no entiendo como todo este tiempo atrás he sido tan capaz de echarte de más. Gracias, gracias y gracias por aparecer, por existir y por ser como eres.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Inesperado

Inesperado es cuando a pesar de todo, ocurre.


El verano ha acabado o por lo menos para mí. Junio daba una perspectiva de un agosto diferente, un agosto ansiado. Ahora en mi muñeca sigo luciendo la pulsera de aquel festival que, aunque realmente no sea así, queda ya muy lejos. Fueron días de playa, de cerveceo, de calimochos a las 7 de la tarde, de noches en la playa,... Fueron días, pero para mí fueron más bien noches.
El 1 de agosto empezó todo, el destino hizo de las suyas una vez más. De nuevo, una piedra del camino con nombre y apellidos.
Tal vez fue la falta de control de la situación lo que lo hizo tan especial. Las horas en la playa no dejaban de pasar, pero la conversación estaba lejos de acabarse. Sólo me hicieron falta unos minutos, que pasamos separados, para darme cuenta de lo que podría llegar a suceder. A causa del alcohol mi siguiente recuerdo se sitúa en las tumbonas de la playa mirando las estrellas y sacando parecido a las nubes que había esa noche. No sé porqué razón nos levantamos de allí, y me dio un abrazo alegando que tenía frío. Luego vino un beso, y otro en movimiento hasta que llegamos a la tienda de campaña.
Y las noches se sucedieron parecidas, llenas de abrazos, besos y caricias. Al principio todo era algo normal, pero en algún momento que se me escapa a la razón, me arañó el corazón. Los últimos conciertos los pasamos abrazados, bailando incansablemente, tal vez sabiendo que podría no repetirse jamás.
La noche de la despedida elegimos no dormir. Un baño en la playa al amanecer sellaba aquella última promesa que nos habíamos hecho.
Era nostalgia lo que yo vi en sus ojos y lo que, seguramente, vio en los míos. Aquel adiós lo convertimos en hasta luego.
Hoy de él me quedan unas bolas de malabares, cientos de recuerdos y los mensajes que nos seguimos escribiendo. Hoy de él me queda la despedida de su último mensaje: 'te espero en Albacete'.


Esto, ha sido algo inesperado. ¿Cosas del destino? Quien sabe. Lo único que sé es que de entre más de 30000 personas, él se ha cruzado en mi camino. Y es increíble. Yo sí que creo en el destino.



sábado, 13 de agosto de 2011

La gente pretende comprar la felicidad con cosas materiales, pero lo verdaderamente importante no tiene ni forma ni color...

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...