... la noche aun pide a gritos tener su colofón, su crescendo final, que te voy a contar, que tú no sepas ya.
Volver a esas noches reversibles, de domingos astrománticos y música de ascensores. De despertares resacosos, de su respiración acompasada, del claroscuro de su habitación, de esa barba, su barba.
Y aunque los arrepentimientos lleguen tarde, he aprendido a quedarme con lo bueno.
Porque hace muchos meses temía que llegara la última noche, pero creo que tal vez nunca llegue y nos quedemos siempre en la penúltima. Escritor de historias de una noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario