lunes, 23 de mayo de 2011

Será que te echo de menos

''por lo menos has venido...''

Aun me retumban en la cabeza sus últimas palabras. ¿Cómo no iba a ir? Tu habías marcado el ritmo de todos y cada unos de mis días durante esos dos años, si respiraba, era por tí.
El miedo a un rechazo me acompañó desde el primer día de ese fin de semana y reconozco que ni cuando me dijiste 'te quiero' pude calmarme.
Sabía que podía perder mucho, pero también, presentía que era mi última oportunidad. La perdí.
Pero pasé un bonito fin de semana con visita en moto a Barcelona, comida en un mejicano, viaje en metro hasta el Maremagnum, noche en la playa, besos en el fòrum, abrazos de esos que tanto me gustan, besos en una rave, besos en la puerta de mi albergue,...
El domingo quería morir, morir literalmente. La mañana ya no empezó con buen pie y la tarde no fue menos. Me fue imposible comer y no era culpa de la resaca. Sólo quería llorar, casualmente como en estos momentos. El fin estaba ahí, ahí mismo, a escasas horas, a escasos besos, a escasas miradas, a escasas caricias.
La despedida fue tan fría como cálida, ya ni recuerdo lo que hablamos. Pero sí recuerdo tu último abrazo, tu ultimo beso, tu última mirada y mi último intento por no separarme de ti, cuando empezaste a marcharte y solo era un dedo el que sujetaba otro dedo tuyo. Aunque tiré con fuerza, nos soltamos. Y nos soltamos para siempre.
Será que estoy melancólica de ese tiempo en que tú eras mi todo y estaba segura de que me guardabas un trocito de tu corazón. Será que, ahora que ya no te tengo, me arrepiento. Será que es verdad eso de que no hay que dejar pasar las oportunidades cuando llegan, porque cuando se van, tardan mucho tiempo en volver. Será que te echo de menos.

viernes, 20 de mayo de 2011

23.

23.
Lo recordé y lo olvidé al momento. Un año más me encuentro en la disyuntiva de siempre. Me siento rara, pero aún así, vuelvo a tener ciertos nervios en el estómago. Las cosas han cambiado, demasiado. Ya no recuerdo ni como fue el año pasado, ni el anterior, ni el anterior...
Al final, lo único que pasa es el tiempo.
Felicidades a mi barcelonés preferido, un año más.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Incertidumbre

Llevamos más de un mes, yo tengo problemas, pero se hacen pequeños si estoy con él. Confiesa que no le van los royos modernos, pero me advierte que no me crea que esto va enserio. Siempre decimos 'ya nos veremos', pero volvemos luego a pedir el mismo planto y yo no me canso de repetir. Aquí lo normal es que pasen cosas.



La incertidumbre ha sido la protagonista desde el minuto uno. Desde esa tarde medio lluviosa en la que me odiaba por haber sido tan impulsiva, hasta la mañana del sábado, ya bañada en rutina.

No saber qué sientes es un gran problema y más, cuando lo que creías que sentías, de repente, brilla por su ausencia. Pensar que tienes un día malo es la opción más fácil. De fácil, absurda, y entonces te percatas de que algo no va del todo bien. Que de esa ilusión del principio sólo quedan los restos, que de los altibajos predominan los bajos, y que casi todos los buenos momentos se camuflan tras un algo. Y es ese algo la clave de todo. Algo parecido a la desilusión, la decepción o la desgana. Algo que no comprendes ni cómo ni porqué ha llegado a invadirte por completo.
Aun así voy pasando los días, ganándole el terreno a esa 'desgana', obligándome a sentir a gusto, tal vez mintiéndome a mí misma. Pero a la vez feliz, por su infinita paciencia, por sus ojos verdes, por darse la oportunidad a conocerme y por darme a mi la de conocerle a él. Porque todo empezó con una incertidumbre, que dos meses después sigue en pie y porque espero que este sea un buen principio, principio de incertidumbre.

domingo, 15 de mayo de 2011

Y si el amor se va, y a la hora que es ya...

... la noche aun pide a gritos tener su colofón, su crescendo final, que te voy a contar, que tú no sepas ya.


Volver a esas noches reversibles, de domingos astrománticos y música de ascensores. De despertares resacosos, de su respiración acompasada, del claroscuro de su habitación, de esa barba, su barba.
Y aunque los arrepentimientos lleguen tarde, he aprendido a quedarme con lo bueno.
Porque hace muchos meses temía que llegara la última noche, pero creo que tal vez nunca llegue y nos quedemos siempre en la penúltima. Escritor de historias de una noche.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Aunque me quede sin el polvo, descuida, no te quiero ver

Vuelve a por mí cuando no esté.
Que no me quedan corazones que no me puedas romper.
Vuelve a por mí cuando no esté.
Aunque me quede sin el polvo, descuida, no te quiero ver.
Vuelve a por mí cuando no esté.
A ver si puedes cogerme ahora que he echado a correr.



Que de la ilusión he pasado a nosequé y ya estoy harta de esperar. Que de pesada, me he pasado. Vuelve si te apetece, pero tendrás que tirar de mí. Y aunque a mí me duela, no te insistiré.

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...