jueves, 7 de abril de 2011

Una posibilidad existe...

...y que nos encontremos de casualidad.

Sé que uno de mis supuestos o axiomas básicos rezaba algo así, otro se limitaba a decir que hubiera muchos domingos de resaca y noches de fiesta. Paranoicamente desde hace semana y media, no soy capaz de pasar por esa calle sin mirar de lado a lado pensando que en cualquier momento él puede aparecer. Hoy no estaba previsto y tal vez a causa de eso, me he sorprendido más. Una conversación fluida, sus ojos tan verdes como los recordaba, sonrisas cómplices y nada más ha hecho falta para quitarme esa gran preocupación de la cabeza.
Y aunque, como viene siendo costumbre, me ha dejado con ganas de él... me siento más tranquila sabiendo que quiere seguir pasando tardes y noches conmigo.
Y este sea un buen principio, principio de incertidumbre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...