viernes, 14 de enero de 2011

''Te vigilo cuando duermes, es tu hora de moverte''

Será que nunca había tenido esta sensación. Será que no tengo cosas mejores que hacer o pensar.
Sin embargo no es nada de eso porque sí, esta sensación me es más que familiar y cosas que hacer y pensar, tengo muchas mejores.
Pero ya ves, sigo en mi línea, discontinua, pero aun así, línea.
Hoy es viernes, la semana ha pasado rápida y he vagueado más de lo que debería. Y aunque he visto que los esfuerzos de estos 4 meses han sido compensados, aun así, no me vale. Entonces se supone que debería replantearme todo un poco, pero mis institos más primitivos tiran de mí con mucha más fuerza. Todo se resumiría en una simple (o no tan simple) palabra: sábado.
Sábado y vuelvo a entrar en ese bucle-circulo-vicioso de cada semana. Pero no voy a ser repetitiva con palabras como: taxi, ascensor, babuchas, blablabla,... porque voy a superarlo. Aunque sé que puede seguir alargándose la situación unos días (por no decir meses) más. Porque por las noches somos tanto, pero al despertar se nos olvida. Y mañana, a pesar de tener sacos y sacos llenos de responsabilidades que cumplir... haré caso a esos institos primitivos que siempre acaban por hacerme sufrir. Sólo por verle aunque sea dormir...


Si al despertar, sin brumas ni presagios,
podemos aspirar a todo y nada.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.
Y sin manera humana
de asombrarnos mutuamente,
sólo queda ser sensatos
y aceptar que siempre fuimos
satélites de amplia trayectoria,
tantas veces intangibles,
de aquellos que sólo alumbran
cuando dejas de buscar.
Y si al final, dormimos sin hablarlo,
no nos influirá de modo alguno.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...