miércoles, 29 de diciembre de 2010

terminando el 2010

Creo que me vuelve a tocar hacer balance de otro año más. ¿Qué decir?

Pienso que el año, aunque empezó como continuidad de un fatal 2009, mejoró por momentos. Empezando por febrero y la fiesta post-exámenes, donde conocí a quien me ha conseguido aguantar durante 10 meses seguidos. ¿Quién me robó el mes de abril? Él.
Marzo y mi paso de ecuador me trajeron dos grandes personas que a día de hoy, son imprescindibles en mi día a día. En junio, papá volvió a casa no sin antes haber mejorado muy mucho. Entonces empecé a ser algo más feliz, y todo empezó a volver a la normalidad.
Volví a Barcelona en julio, me desengañé un poco, pero sólo poco.
Agosto...
En septiembre estábamos de camino a Barcelona de nuevo, me sentí muy vacía, pero debí desengañarme por completo para disfrutar de ese viaje donde conocí a grandes personas.
Este mismo mes volví a clase tras un parón de un año y, aunque las cosas habían cambiado, la universidad seguía teniendo ese encanto.
Octubre llamó a nuestra puerta con las fiestas del Pilar, que con decir su nombre sobra decir mucho más. Y llevámos a papá a Barcelona donde mejoró otro poquito.
Noviembre me dio la espalda en cuanto a sentimientos y volé de boca en boca como una abeja, de flor en flor. Diciembre continuó la rutina del noviembre y me encuentro a día de hoy, con ganas de cambiar de año (o no).
Daré gracias o algo así por haber conocido a tantas personas tan especiales, por haber roto con otras cuantas, por haberme reencontrado con muchas y para terminar, por haber sabido reconciliarme con alguna más. Entre ellos: Fredy, mi barcelonés, mi escritor, mi chileno, mi señora de Wood,...
Con la sensación de ser la misma que hace un año hacía balance sin querer, la misma que ya no creía en la Navidad, la misma...
La misma que sigue sin creer en el amor, la misma que se encapricha de quien no debe, la misma que llorará el 1 de enero por haberse desengañado de Barcelona.
La misma que al año que viene volverá a hacer balance, posiblemente con los mismos sentimientos que ahora, más sola que la una (o la luna), pero feliz.
Adiós 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...