sábado, 2 de octubre de 2010

Te quiero Barcelona

Hace una semana estába allí, algo pachucha pero feliz. Hace una semana nos pilló una batukada por la calle y nos cruzamos con los correfocs. Hace sólo una semana visité la famosa Catedral del Mar y probé el Lambrusco por primera vez.
Era nuestra última noche en la ciudad maravilla y debía salir bien a la fuerza. Después de tener profundas conversaciones sobre Dios y política, subimos al metro en dirección Jaume I.
El concierto de funky no nos entusiasmaba, pero sabíamos que el calimocho haría su parte. Y no pudo salir más perfecto. Bailamos como locas, reimos, fumamos,... Y ahí estaba él. Que con un 'no sabía yo que eras una chica funky' me lo dijo todo. Hablamos como si nos conociéramos de hace tiempo, casi lloramos, fumamos, nos miramos muy profundamente, me cojió de la mano, y me dio tres besos en la mejilla. Historia que, supongo, debería de haber ido a más pero cosas de la vida hicieron que todo se quedase como estaba y yo fuera un poquito más feliz. Por conocer a este chico, de grandes y perfectos dientes, barba de más de tres días, pelo oscuro y piercing en la nariz. Y aunque casi tenga que pasar un año para volver a verle y hablarle, me alegro de conocer a alguien tan bohemio como él, con el único sueño de montar una librería.

Otro fin de semana en Barcelona, uno de la larga lista. Y seguiré volviendo, volveré, hasta que en uno de esos viajes el billete de ida, no tenga vuelta.

No he encontrado la razón porque me duele el corazón, porque es tan fuerte que sólo podré vivirte en la distancia... Te quiero Barcelona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...