lunes, 4 de octubre de 2010

Parece mentira.
¿Tres años de mi vida perdidos? Pues no lo sé, la verdad.
Lo único que me atrevo a adelantar es que me siento liberada, no del todo feliz, cansada, resignada, decepcionada, engañada, y con miles de ganas de empezar de cero.
Nose quién o qué te puso en mitad de mi camino, siempre dí gracias por ello. Siempre creí que lo nuestro, a pesar de la distancia y el tiempo, era algo real. Me engañé.
Nunca, nunca quise abrir los ojos o tal vez, no quería aceptar esa realidad que la única que no veía era yo. Eres especial, aun me cuesta hablar de tí en pasado.
Me quedo con los buenos momentos, todos esos besos y tu último 'te quiero'. Me quedo con esa carita de niño, esas manos, tus dientes, tu pelo, tus pecas, tu todo.
Sé que será imposible aplacar este sentimiento de golpe. Soy capaz de tenerlo superado y volver a recaer en cualquier momento si tú me lo pides.
Pero bueno, esto es como esa carta de despedida que nunca te voy a escribir. Tal vez este momento ha llegado demasiado tarde.
Sé feliz. Que ahora tienes a otra que te ríe las gracias, a la que paseas en moto, a la que llamas para hablar de nada, a la que acariciarás el pelo como un día me hiciste a mí.
Sólo espero que esa otra te quiera y valore tal y como eres, que vales mucho. Que no se tome muy enserio tu egoismo y que le encante el riesgo, como a tí.
Y tú, en tu línea, espero que no la prometas miles de cosas que luego no cumplas porque al final acabará dandose cuenta. No le hagas como me hiciste a mí, que prometiste no olvidarme ni aunque te lo propusieras y tenerme como amiga, aunque te gustaría tenerme para siempre contigo.
Si te sirve, yo seguiré viajando muy a menudo a Barcelona. Seguiré durmiendo en ese albergue que está a la vuelta de tu casa y pasaré por tu portal en un arrebato de forzar al destino y que, coincidamos.
Si me llamas, puede que no te coja el teléfono. Supongo, no me felicitarás para mi cumpleaños, tampoco quiero. Si es posible, para que esto no sea peor, no quiero saber nada de tí.
Yo haré de las mías para saber como te va la vida y como te va con la otra y siempre siempre sonreiré cuando mire una foto tuya.

Y aunque todo suene a una actitud muy derrotista, me alegro de haber entreabierto los ojos.
Siempre siempre siempre en mi corazón. Zaragoza-Barcelona. 140707.




Sin que sirva de precedente, siempre te echaré de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...