martes, 27 de julio de 2010

Un saludo en el autobús, lo cambia todo.

Entonces recuerdo seis años atrás, cuando yo inocentemente te dije que nunca me habían besado y tú me tranquilizaste. Aquel intercambio de anillos. Que el verano nos pasó factura junto a la escasa edad que teníamos.
Pasaron los años, cosa inevitable. Al principio nos sonreíamos, pero dejamos hasta de mirarnos a los ojos.
Mi memoria guardó un bonito recuerdo tuyo, casi como un amor platónico, siempre y para siempre inalcanzable. Mi primer amor.
Pero me harté de valor aquel día, porque estaba harta de que te negaras a recordar que por unos meses tuvimos ilusión, y al pasar por tu lado dejé caer un 'hola' junto a una de esas sonrisas inesperadas. Tu me respondiste y aunque algo sorprendido, en tus ojos había mucho más.
Gracias a las redes sociales retomamos el contacto, me tiraste los trastos y yo los recojí.
Y en una noche de fiestas como la de ayer (esta madrugada) provoqué un reencuentro 'fortuito'. Démosle gracias al alcohol o las ganas acumuladas de tanto tiempo, pero volví a besarte y esta vez con más soltura que la primera, y volviste a tranqilizarme al decirte que tenías de nuevo el placer en ser el primero en dar un paso más.

Ahora vuelves a pasar al plano de bonito recuerdo, bonita primera vez y amor platónico. Porque ya no hay más pasos que dar.
(2004-2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...