martes, 27 de julio de 2010

Un saludo en el autobús, lo cambia todo.

Entonces recuerdo seis años atrás, cuando yo inocentemente te dije que nunca me habían besado y tú me tranquilizaste. Aquel intercambio de anillos. Que el verano nos pasó factura junto a la escasa edad que teníamos.
Pasaron los años, cosa inevitable. Al principio nos sonreíamos, pero dejamos hasta de mirarnos a los ojos.
Mi memoria guardó un bonito recuerdo tuyo, casi como un amor platónico, siempre y para siempre inalcanzable. Mi primer amor.
Pero me harté de valor aquel día, porque estaba harta de que te negaras a recordar que por unos meses tuvimos ilusión, y al pasar por tu lado dejé caer un 'hola' junto a una de esas sonrisas inesperadas. Tu me respondiste y aunque algo sorprendido, en tus ojos había mucho más.
Gracias a las redes sociales retomamos el contacto, me tiraste los trastos y yo los recojí.
Y en una noche de fiestas como la de ayer (esta madrugada) provoqué un reencuentro 'fortuito'. Démosle gracias al alcohol o las ganas acumuladas de tanto tiempo, pero volví a besarte y esta vez con más soltura que la primera, y volviste a tranqilizarme al decirte que tenías de nuevo el placer en ser el primero en dar un paso más.

Ahora vuelves a pasar al plano de bonito recuerdo, bonita primera vez y amor platónico. Porque ya no hay más pasos que dar.
(2004-2010)

jueves, 22 de julio de 2010

Viajero que regresa

Ya sólo me queda
la vacía pena
del viajero que regresa.

Ya nada es lo que era,
recorreré las aceras
buscando una luz que me recuerde a ti.




Ya lo dice el gran Ismael Serrano: "la ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante y hoy (más bien mañana) la ciudad nos enseña que no somos ni seremos nunca los de antes."


martes, 20 de julio de 2010

Dos y pico

Escribo y borro, una rutina que he adquirido durante las últimas dos semanas. No existen las palabras adecuadas para describir lo que siento ni lo que no siento.
Estoy triste pero a la vez realmente feliz. Sé que me voy a arrepentir como también sé que no me arrepentiré. Te quiero y nunca te volveré a querer. Tengo muchas ganas de verte pero no te quiero ver.
Cada noche me arden los ojos con ganas de expulsar todas esas lágrimas que guardo, diré a mi favor o en mi contra, que aun no he sido capaz de llorar.
Miro interminablemente la pantalla de mi teléfono móvil, sí, podría cojer y marcar tu número, pero me es más fácil esperar a que tú lo hagas. Porque odio escuchar los toques y que tardes en cojerlo, y escuchar tu voz sin saber que decirte. Prefiero que seas tú, siempre tú el que des el primer paso.
Pasaré más de tres horas encerrada en un autobús, hablando de cosas insignificantes que intenten evadirme de la realidad mientras esos metros y kilómetros se acortan poco a poco.
Veré esa espesa nube que me indicará que estamos en Barcelona, bajaremos en la estación de Sants y emanaré nervios por todos y cada uno de los poros de mi piel.

Y otra vez me he quedado en blanco, con casi treinta grados en mi habitación y la piel de gallina.
''Tengo ganas de abrazarte, tengo ganas de llegar al final... No más despedidas, no más situaciones''

miércoles, 7 de julio de 2010

Cada palabra he calculado, ahora falta valor

Se para el reloj una vez más. Has vuelto a parar el reloj. Sigues rompiendome los esquemas y es lo que te hace tan especial.

Sólo tú consigues llenarme la mente de tí y dejarme sin palabras.

Y al final no importará si puedes aplazar tus planes para verme, porque el simple hecho de que lo intentes para mí vale mucho más.


en quince días todo vuelve a empezar...

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...