martes, 20 de julio de 2010

Dos y pico

Escribo y borro, una rutina que he adquirido durante las últimas dos semanas. No existen las palabras adecuadas para describir lo que siento ni lo que no siento.
Estoy triste pero a la vez realmente feliz. Sé que me voy a arrepentir como también sé que no me arrepentiré. Te quiero y nunca te volveré a querer. Tengo muchas ganas de verte pero no te quiero ver.
Cada noche me arden los ojos con ganas de expulsar todas esas lágrimas que guardo, diré a mi favor o en mi contra, que aun no he sido capaz de llorar.
Miro interminablemente la pantalla de mi teléfono móvil, sí, podría cojer y marcar tu número, pero me es más fácil esperar a que tú lo hagas. Porque odio escuchar los toques y que tardes en cojerlo, y escuchar tu voz sin saber que decirte. Prefiero que seas tú, siempre tú el que des el primer paso.
Pasaré más de tres horas encerrada en un autobús, hablando de cosas insignificantes que intenten evadirme de la realidad mientras esos metros y kilómetros se acortan poco a poco.
Veré esa espesa nube que me indicará que estamos en Barcelona, bajaremos en la estación de Sants y emanaré nervios por todos y cada uno de los poros de mi piel.

Y otra vez me he quedado en blanco, con casi treinta grados en mi habitación y la piel de gallina.
''Tengo ganas de abrazarte, tengo ganas de llegar al final... No más despedidas, no más situaciones''

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