
Hoy lo he echado de menos más que ningún día de toda la Semana Santa.
Las prisas, los gritos, los nervios. El verde y negro. Mi Vera Cruz.
Todas esas interminables horas andando. Tanta gente mirando. El frío. El cansancio. La safisfacción de un año más haber vuelto a salir.
Sólo quiero que al año que viene todo vuelva a una mínima normalidad. Porque la Semana Santa, no es Semana Santa si no estamos allí.
Hoy, por mi tierra. Por tí, Palencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario