Seguimos tachando un abril y otro abril.

Ni se besan como saben los que saben que no saben besar...

Igual me alegro de que todo fuera algo pasajero. Qué bien se te da eso de regalarte, venderte o alquilarte. Famoso donde los haya. Y sin embargo, todos hablan mal de tí.
De todas maneras tranquilo, de mi altar no te vas a caer nunca y siempre te estaré esperando en esa esquinita en la que te conocí. Sé que ese verde de tus ojos no se va a apagar nunca.
Elegante.

Qué fácil se ve todo desde fuera.

Qué fácil se ve todo desde fuera...




Y mientras ya van pasado los dias no vuelves a dar ninguna señal. "Si estuviera tan mal te habria llamado. Olvidale, piensa en tí nada más". Pensando en mí solo quiero su boca y no sentir angustia al despertar pensando en mí solo quiero que vuelva y encontarlo sentado en mi portal.

Y todos piensan que ya está, que se acabó...

St Valentine's day

Día de San Valentín: dicese del día de los "enamorados" o también, día de la hipocresía.

Para mí, una noche cualquiera con un fondo de celebración post- exámenes. Calimocho, frío y buena música. Un día en el que todo hombre soltero, creo, estába ansioso por encontrar un lío de una noche y no pensar en que podría haber estado con su novia profesandose su mutuo amor.
Doy fe de ello. Un sapo que una noche más quería volver a ser príncipe, una llamada de el típico novio celoso y Freddie Mercury ganado terreno.
También era el cumpleaños de él, casualemente, un día que yo había marcado para... ¿declararme?, pero que todo se quedó en nada cuando tres meses antes decidió dejarlo.

Otro año más que pasa y odio este día, otro año más que lo celebro por todo lo alto gritando a los cuatro vientos que no hay nada mejor que la soltería. Y aunque me contradiga, sé que me equivoco.

Nunca se deja de morir.

No me quedan palabras, ni ganas, ni fuerzas. Podría estar empezando a hundirme, de cabeza, pero sin embargo floto en mis errores, en tu recuerdo, floto en mi mierda.
Ya no eres el culpable de mis pataletas porque si lloro, si me enfado, es porque YO quiero. Se me ha quedado un sabor amargo de tus besos y de mis palabras.
Ni siquiera se si estás vivo, pero no me atrevo ni a comprobarlo.
Me sobran tu ausencia y tu presencia.
Te maldigo.
Me pierdo en ese círculo vicioso que empieza con el tú, el yo, sigue con el nosotros y termina con un desconocidos, y así, vuelta a empezar. La pescadilla que se muerde la cola.
Se apagan las luces, se cierra el telón y mañana será otro día. Hoy estoy cansada.
Me escuecen los ojos.
Ahora mismo ni tú eres mi gran preocupación.
Y ¿yo? Vacía. Llena de nada. Hueca. Con rescoldos de odio, de tristeza. Si me desespero, el mundo se hace el sordo. Yo no tengo donde resguardarme.
Bajo la guardia, otro puñal.
Y aún siguen queriendo creer que Dios existe. Me río.
La vida es injusta, no tiene sentido. Vivir para sufrir. Y seguís engañados.
Ya no creo en nada, en nadie.

Hoy no viene a cuento, pero lo suelto. "La religión es el opio del pueblo"
Y lo sigue siendo.

Adiós a un día menos de mi vida. No me quedan ni ganas, ni fuerzas, mucho menos palabras.