sábado, 27 de febrero de 2010

Seguimos tachando un abril y otro abril.

Ni se besan como saben los que saben que no saben besar...


Igual me alegro de que todo fuera algo pasajero. Qué bien se te da eso de regalarte, venderte o alquilarte. Famoso donde los haya. Y sin embargo, todos hablan mal de tí.
De todas maneras tranquilo, de mi altar no te vas a caer nunca y siempre te estaré esperando en esa esquinita en la que te conocí. Sé que ese verde de tus ojos no se va a apagar nunca.
Elegante.

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