Olvidate.
Recuerda que tú no me olvidarías ni aunque te lo propusieras.
Ya empiezo el año como lo terminé, como lo empecé, como lo seguí, como cualquier día. Tú recuerdo hace mis días más llevaderos. Yo no tengo la culpa. Eres el principio de mi fin, el fin de mi principio, eres el camino, eres mi destino.
Corazón ajado.
Valedor de mis sentimientos, valedor de mi propio corazón. Y tú no lo sabes.
Escóndete una vez más y huye de la más sincera realidad, vende tus palabras y alquila sentimientos como sólo tú sabes hacer, rehuyeme de nuevo si así podemos renacer.
Hemos olvidado las razones. Te has quedado con cada paso en falso.
Sigo dando tiempo al tiempo para que él mismo te permita unos segundos. Abre los ojos. Ciérralos. Piensa que nada de esto hubiera pasado y abre los ojos.
Y así me paso los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. Intentando convencerme de que este sentimiento no es tan fuerte como frustrante. Intenado hacerme ver que después de tí, hay una línea recta que dice ser más vida.
Cierro los ojos, los abro. ¿Aun no te has ido?
Vuelven los recuerdos siempre de momentos mejores. ¡Qué frío en agosto! ¡Qué calor en septiembre! La lluvia de mayo. ¿Y marzo?
Aunque parezca mentira encajamos, nos complementamos, chocamos, nos entendemos, no nos entendemos. Aunque parezca mentira y te parezca una locura. Aunque no te lo creas. Estamos hechos el uno para el otro.
Me vale con que el día menos pensado, vuelvas. No importa ni siquiera la distancia.
Te quiero un año más y un año menos. Te quiero empezando y terminando el año. Aquí o allí, conmigo o sin mí, te quiero.
"Mi corazón se ha vuelto irreversible, desde el momento en que el destino lo marcó. (...) Aquella noche soñé lo que luego escuché y desde entonces ya sé que yo quiero contigo"
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