Una noche normal. La música iba y venía. Sonó Marea y yo de nuevo pensé en tí. Mis ojos se dirijieron a esa esquina de la barra, la que meses atrás era de tu propiedad. Nuevamente un mareo y el oxígeno me volvió a faltar. Cerré los ojos y volví a abrirlos para mirar de nuevo. Podría haber sido como siempre: un sueño, pero esta vez no, ahora era real. Habías vuelto a tu bar, a mi bar y tan elegante como siempre. Y yo volvía a marearme, como aquellos sábados cuando aparecías por la puerta, para que mentir, estába volviendo a ilusionarme una vez más. Hacía más de medio año que aquello no ocurría, tú brillando por encima de todos bajo la luz verde de aquel neón, yo sintiendo una angustia que tú calmabas con tus besos, tú guapo a rabiar, yo absurda.
"Y es tan frecuente como extraño. Si no puede hacerte daño, no te hará feliz. Y no conozco otra manera de vivir."
No hay comentarios:
Publicar un comentario