Hace dos años era sábado.
Hace dos años desperté con resaca y pasé toda la mañana sumida en un mar de dudas preguntándome si era (o no) buena idea tener esa cita con un desconocido.
La incertidumbre me acompañó hasta que, nerviosa, escribí un mensaje que rezaba algo así como "¿a las siete te va bien vernos?".
Bendita intuición la mía.
Hoy hace dos años de aquel golpe de suerte, casualidad o destino.
No necesitaba a nadie para ser feliz ni complementarme o completarme, pero tú llegaste para cambiar el concepto del amor que tenía hasta entonces. Sí, nos complementamos, nos completamos y nos hacemos felices. Nos acompañamos en este camino y somos un valor añadido el uno para el otro.
Llegaste para hacerme entender que todo es más sencillo y que las cosas importantes, son otras.
Contigo la vida es fácil, aunque me empeñe en ponerle trabas a todo. Me pones los pies sobre la tierra y también me haces volar, dándome alas.
Tengo una foto en el móvil (con fecha anterior a conocerte) de aquel sitio donde cenamos aquella tarde/noche, en nuestra segunda cita. Creo que haberla visto hoy entre tanto recuerdo pasado es la señal de que tú estabas por llegar antes de estar esperándote.
Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario