Y aunque pareciera lo contrario, todo se torcía por momentos. Hasta que llegó ese momento en que ponerme las zapatillas y salir corriendo, era lo más inteligente que podía hacer. Bajé los once pisos en el ascensor queriendo borrar de mis recuerdos esos angustiosos minutos.
Mientras tanto las lágrimas se me agolpaban en los ojos y a cada palabra que retumbaba en mi cabeza, sentía una puñalada. Y la impotencia me acompañó junto con las ganas de nada y la canción de 'amores imposibles' de Ismael Serrano.
Otra noche. Otro desengaño. Otro desencuentro. Todo por culpa de un pseudocalentón.
Mientras tanto las lágrimas se me agolpaban en los ojos y a cada palabra que retumbaba en mi cabeza, sentía una puñalada. Y la impotencia me acompañó junto con las ganas de nada y la canción de 'amores imposibles' de Ismael Serrano.
Otra noche. Otro desengaño. Otro desencuentro. Todo por culpa de un pseudocalentón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario