domingo, 12 de septiembre de 2010

El cielo acostado, detuvo en tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo

Cuéntame al oído,
muy despacio y muy bajito,
porque tiene tanta luz este día tan sombrío.

Cuéntame al oído,
si es sincero eso que ha dicho
o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño.

Cuéntame, cuéntame.
El cielo acostado detuvo el tiempo en el beso
y ese beso a mi en el tiempo.

Cuéntame al oído,
a que sabe ese momento
donde quedan hoy los días en que aquello era un sueño.

Cuéntame el oído,
donde duermen hoy tus miedos,
si aún guardas sus caricias en la caja del recuerdo.

Cuéntame, cuéntame.
El cielo acostado, detuvo el tiempo en el
beso, y ese beso a mi en el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...