Sólo con una condición: que no se acabe esta noche y que no me enamore yo

A este paso me enamoro...

Pequeño punto positivo para tí, nosé si el negativo me corresponde a mi. Van pasando los meses, ya van casi siete, para ser más exactos. Con sus pros y sus contras, esto sigue adelante. No me queda tiempo para arrepentirme. Ya se me ha hecho tarde.
Y mientras tanto vas jugando tus cartas y yo te voy odiando poco a poco. Vas ganandome terreno y haciendome olvidar viejos fantasmas. Y te mereces un premio por tu gran paciencia.
Gracias por aguantarme tantos días, tantas horas, tantas noches y tantas tardes.

Porque después de besar a Freddie Mercury, todo esto no estába en mis planes y ya no sé si fue en carnavales, fin de examenes o San Valentin.

En un intento de agradarte...

Últimament ja no penso tant en tu. Es pot dir que m'he resignat. Igual pot ser que, encara que tard, m'hagi adonat que era una cosa totalment impossible. O no.

Tu em prometre molt, jo em s'acovardeix una mica. I encara que per a tu passés desapercebut, el 17 d'agost et vaig recordar una mica més.
També una nit d'estiu com la de tres anys enrere, vaig veure una estrella fugaç (de les de veritat, no com les que veies tu) i inconscientment vaig demanar un desig.

I em rendeixo una vegada més, però tres anys després. Però dóna'm un mes que em tornaré a encoratja i em tindràs aquí, a la teva ciutat, amb previ avís de 'si et ve de gust que ens veiem ...'

La història interminable.

Has de saber

Que me levanto siempre tarde y no suelo hacerle caso al despertador. Que me encantan las noches de sábado, me pierden las rastas, la barba de tres días y los pelos largos. Que estoy enganchada al calimocho. Que voy camino de los 20.
Que soy demasiado pesimista. Bastante impaciente, pero paciente si tengo que esperarte a tí.
Me encanta Barcelona y sus gentes, el acento catalán, las ramblas, la avenida Madrid, el barrio de Sants, perderme en el metro.
Antes era demasiado puntual, últimamente llego tarde a todas mis citas. Fumar en cachimba me pierde. Me encanta el té. El café me pone muy nerviosa.
Odio las matemáticas, intento estudiar economía y soy una vaga.
Tengo miedo al compromiso. El sexo opuesto es mi gran debilidad, promiscuidad lo llaman.
Soy muy indecisa. 'Nosé' en mi palabra estrella.
Odio madrugar y los domingos de resaca.
No hay quien me quite las zapatillas de los pies (no me gustan los tacones). El pelo siempre largo, suelto y liso.
Siempre dejo todo para última hora. Me encanta hacer planes, pero siempre se me rompen en el último momento.
No sé lo que es el amor, o sí. Me ilusiono fácilmente. También, me canso enseguida.
Viajar me gusta y mientras tanto, contemplar el paisaje.
Soy débil, pero intento aparentar lo contrario. Lloro con facilidad, con cualquier foto o cualquier canción.
Guardo rencor, soy rencorosa, pero a la hora de la verdad no puedo.
Tengo pocos amigos pero buenos. Me la han jugado muchas veces. Puedo mentir con facilidad, pero no lo hago a menudo.
Nunca me atrevo a dar el primer paso, siempre alguien me da un empujoncín.
Soy asidua del mismo bar cada sábado. Hay gente que puede odiarme con facilidad. Me gusta decir siempre las cosas a la cara. Hay gente que puede quererme con facilidad.
Soy ordenada y desordenada y tengo buena letra.
Canto fatal.
A veces inmadura y otras veces, demasiado madura. A veces yo y otras no.

Te echo de menos muy a menudo, casi cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. Y no hago más que tachar días del calendario hasta que por fin todo se pare y estemos juntos.
Esto no es más que otro poco más de mí.
Inevitable.
Soy así.

Miedo

¿Sabes que hoy me está entrando el miedo?
Ese miedo que llevába cinco meses temiendo que apareciese, el miedo de mi egoísmo, el miedo que siempre me has transmitido, el miedo que tengo a perderte.
Y esque te odio con todas mis fuerzas, hasta decir basta. Te odio incluso más de lo que tu me odias a mí. Pero te quiero. Igual no de la manera que tu quisieras, pero si me dejas, te echaré de menos.
Echaré de menos tu olor, algunos de tus besos, tus manos, tus manías, tu risa.
Mañana, que sea lo que tenga que ser. Aunque me enfades, te odie y me odies, siempre estaré ahí. Cerquita tuyo, con un calimocho en la mano y te robaré tabaco. Te sonreiré. Y no seas tú, que sea el tiempo el que diga lo que tenga que decir.

'Y ahora estoy aqui esperando a que vengan a buscarme, tu no te muevas, no me encontrarán...'

El odio

Y te vas a cansar de tanto odiarme, ya te dije que yo no era nada recomendable.
Te avisé. Te dije que me odiarias, que por el momento carecías de motivos, pero el tiempo te los iría dando. Has llegado a ese punto. No pierdas mucho el tiempo pensando en lo malvada que soy, piensa en tí que de verdad lo necesitas.
No abuses del calimocho tanto como suelo hacer yo, que luego pasa lo que pasa y las discusiones pierden todo su sentido. Y no llores, que no merece la pena, yo no merezco la pena.
Los sábados... ¿qué decir? Soportaré tu mirada llena de ira y rencor hasta que el tiempo nos haga inmunes el uno del otro.
Te echaré de menos, seguro. Porque no he conocido a nadie tan como tú, con tus rarezas, tus caprichos, tus celos enfermizos, tus tonterías, tu todo. Sigo creyendo en esa frase que reza 'no puedo vivir sin tí, no hay manera', algo así me está pasando.
Ya va sonando a despedida, pero no me dejas otra opción. Lo nuestro daría mucho más de sí siendo grandes amigos, pero sé que te negarás (yo también lo haría).

Pero sabes, al final suele pasar que el odio es bastante aburrido. Porque además nadie se lo cree. Quiero decir que a ella no le afecta que el taladro de nuestra mirada le traspase porque no se siente culpable. Normal. (Ismael Serrano, tantas cosas)