No me hace falta pensar, para pensar en tí.
Hoy, un poco más que ayer. Es como esa chispa que llega a quemar un trozo de madera, el cual con mucha lentitud y paciencia, comienza a arder. Es esa llama. Como el fuego, enérgico y lleno de vida.
Pero debemos encontrar el combustible adecuado para, cada vez que un atisbo nos haga pensar que esa llama se apaga, podamos revivirla.
Sólo tu haces posible este sentimiento, y será la calma y el tiempo quien nos de fuerzas.
Solamente tu y ese tilín en la tripilla.
Tú, mi bohemio, soñador, mi indio.
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