viernes, 2 de diciembre de 2022

Dos años de todo. Dos años de nada.

 Sonrío al recordar que hace dos años sentí, creí sentir, el profundo vacío en mi interior.

Piso de nuevo tu calle, tu barrio, sin miedo a verte y no saber reaccionar. Recorro los paisajes que un día tú me enseñaste, haciéndolos míos. El amor es otra cosa desde que no estás en mi vida.

Me acostumbré a no ser prioridad, a caminar un paso por detrás de ti, a pedir perdón sin saber porqué. Asumí que, verte una vez por semana era suficiente. No fui tu apoyo, o así me lo hiciste ver. Nunca estuve en tu vida, porque cumplir tus expectativas estaba fuera de mi alcance.

Tirabas los te quiero por la borda.

Me costó darme cuenta de todo. Tuve que estar fuera de tu órbita para darme mi lugar. Tardé en asumir que lo que sentía no era amor, sino necesidad.


Dos años después recuerdo la desidia, las lágrimas recorriendo mi cara, la desesperación llenándome por completo,... Dos años después revivo la sensación de encontrarme sola frente al mundo y nada más lejos de la realidad.


Hoy, sonrío al recordarlo todo. Sonrío mientras le miro. Sonrío mientras le doy las gracias por todo, por aparecer, por salvarme del abismo, de los martes, los domingos,... Salvarme de mí misma. Por darme la protección que nunca tuve, por calmarlo todo con un abrazo. Porque ya nos entendemos sólo con la mirada. 

Porque para él soy prioridad, para él sí estoy a la altura. Porque ya no siento necesidad, sino la inmensidad del amor.

El proyecto más bonito de mi vida, es él

El camino, con él.


Y todo lo demás es historia desde aquel 27 de marzo.



No sabía del desierto

No sabía que también había desiertos que desembocaban en el mar. Recuerdo cómo durante aquellos primeros meses del año, un sentimiento devas...